Nacido en Gales del Sur y fallecido en Madrid, fue un fotógrafo de gran energía y recursos que recopiló un vasto muestrario de imágenes de la España de su época. Sorprendentemente, conocemos poco del hombre, especialmente de los años anteriores a su aparición en Madrid en 1850. Quizás lo más desalentador es que nadie ha determinado cómo aprendió el arte de la fotografía o las razones por las cuales salió de Inglaterra. Los especialistas nos muestran los hitos de su carrera durante los años siguientes, indicando únicamente las direcciones de sus residencias y las fechas de sus viajes a través de España y Europa.
Poco después de su llegada a Madrid, Clifford abrió un estudio de retratos donde realizaba daguerrotipos. Durante esta época trabajaba también como profesor de fotografía y piloto de globos. En 1853 ya producía calotipos (copias en papel positivadas a partir de negativos de papel encerado), y durante el resto de los dos años siguientes viajó extensamente por España registrando incontables imágenes. Durante la década de 1850, Clifford mantuvo conexiones con los círculos fotográficos en el extranjero, especialmente en Londres y París. Su objetivo era mantenerse al día de los últimos adelantos y adquirir materiales para su trabajo no disponibles en España. A partir de 1855 abandonó los negativos de papel encerado en favor de las placas de cristal de colodión húmedo con los que conseguiría mayores detalles y tonalidades.
También comenzó a contemplar la idea de un álbum global de fotografías de España, un proyecto que, de una forma u otra, le ocuparía el resto de su vida. Entonces Clifford se concentró en proyectos españoles y en la consolidación de sus lazos con la aristocracia y la Corona españolas. Alcanzó sus objetivos, produciendo varios álbumes desde finales de la década de los cincuenta hasta los primeros años de 1860. Estos, además de ofrecer una visión poderosa del país, presentan imágenes únicas de Madrid, Alameda de Osuna, Guadalajara, Toledo, el canal de Isabel II, Yuste, Extremadura, Talavera, Castilla, Asturias, Baleares, Cataluña, Aragón, Andalucía y Murcia.
Poco después de su llegada a Madrid, Clifford abrió un estudio de retratos donde realizaba daguerrotipos. Durante esta época trabajaba también como profesor de fotografía y piloto de globos. En 1853 ya producía calotipos (copias en papel positivadas a partir de negativos de papel encerado), y durante el resto de los dos años siguientes viajó extensamente por España registrando incontables imágenes. Durante la década de 1850, Clifford mantuvo conexiones con los círculos fotográficos en el extranjero, especialmente en Londres y París. Su objetivo era mantenerse al día de los últimos adelantos y adquirir materiales para su trabajo no disponibles en España. A partir de 1855 abandonó los negativos de papel encerado en favor de las placas de cristal de colodión húmedo con los que conseguiría mayores detalles y tonalidades.
También comenzó a contemplar la idea de un álbum global de fotografías de España, un proyecto que, de una forma u otra, le ocuparía el resto de su vida. Entonces Clifford se concentró en proyectos españoles y en la consolidación de sus lazos con la aristocracia y la Corona españolas. Alcanzó sus objetivos, produciendo varios álbumes desde finales de la década de los cincuenta hasta los primeros años de 1860. Estos, además de ofrecer una visión poderosa del país, presentan imágenes únicas de Madrid, Alameda de Osuna, Guadalajara, Toledo, el canal de Isabel II, Yuste, Extremadura, Talavera, Castilla, Asturias, Baleares, Cataluña, Aragón, Andalucía y Murcia.
Fuentes.
"La memoria no guarda películas, guarda fotografías."
Milan Kundera
Milan Kundera
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